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28 de junio / 2022

350° Aniversario del Nacimiento del Emperador de Rusia, Pedro I el Grande

El día 9 de junio de 2022 se celebró el 350o aniversario del Nacimiento del Emperador de Rusia, Pedro I el Grande quien fue el creador de la Rusia moderna. Ha pasado a la historia como el gran reformador de Rusia, el que la sacó del oscurantismo religioso medieval y la llevó a la modernidad incorporándola a Europa. Gobernó Rusia desde el 7 de mayo de 1682, hasta su muerte el día 8 de febrero de 1725. Llevó a cabo un proceso de modernización mediante la occidentalización y expansión que transformó a la Rusia moscovita en una de las principales potencias europeas.

Pedro se encontró con un país inmenso que gobernar, pero sin ninguna salida a mar abierto. El único puerto era el de Arkhangelsk, en el mar Blanco, pero quedaba cerrado por los hielos durante muchos meses. Por ello, nada más comenzar su mandato se lanzó contra el secular enemigo, los turcos, tratando de alcanzar la ciudad de Azov. En esta ciudad se creó la primera base naval de Rusia que le permitía mantener una armada estable. Pero sin una intensa modernización de sus instituciones, empezando por la militar, Pedro no podría convertir Rusia en un estado poderoso ni romper el dogal con el que suecos y turcos lo constreñían. Y ello pasaba por extender sus fronteras hacia el oeste y conectarse a Occidente. En el año 1702 ya pudo acceder al BálticoEn 1703 dio un paso más y conquistó una fortaleza sueca en la desembocadura del río Neva, e inició en ese enclave la construcción de lo que se convertiría en la nueva capital, San Petersburgo. Para demostrar que no pensaba cerrar jamás esa ventana que había abierto a Occidente, ordenó que solo se construyese en piedra. En los astilleros de esta ciudad emprendió la rápida construcción de una flota que habría de ser vital para asegurar su permanencia en el Báltico.

Ávido de reformas, en 1697 emprendió un viaje, en principio de incógnito, para aprender in situ los nuevos métodos fabriles, navales y militares de Europa. Visitó Brandeburgo, Königsberg, Ámsterdam, Londres, Praga y Viena, entre otras ciudades. En ellas pudo observar personalmente las actividades de los carpinteros navales (de hecho, trabajó en los astilleros de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales durante cuatro meses), de los fundidores de cañones y de otras profesiones. Cuando regresó a casa al año siguiente, lo hizo ansioso de aplicar todo lo que había visto. Llevaba con él centenares de artesanos, médicos e instructores militares a los que había reclutado, así como todo tipo de herramientas modernas y el gusto por el tabaco y el café. Sin embargo, el choque con la vieja Rusia, reacia a todas las reformas, era inevitable.

Hizo la reforma decisiva: estableció la llamada tabla de rangos, una lista ordenada en la que figuraban todos los servidores de la Corona, no solo en función de su nacimiento, sino también de su formación y de los servicios que prestaban al zar. La trascendencia de esta reforma radica en que, por una parte, consiguió un abundante personal bien formado, con capacidad para rendir servicios en el ejército o en la renovada administración, que pudo optar a recompensas o ascensos por sus méritos. Por otra, sometió a la levantisca nobleza, a cambio de asegurarle una total sumisión de los campesinos.

Al mismo tiempo, se fueron creando en las grandes ciudades escuelas profesionales y academias de ciencias y militares, que debían formar tanto a los nuevos técnicos y navegantes como a los modernos artilleros y oficiales del ejército.

Se adoptó un calendario que, aunque mantenía el juliano, suponía comenzar el año el 1 de enero, y no el 1 de septiembre, como hasta entonces.

En el año 1702 decretó la libertad religiosa, y algo más tarde abolió el cargo de patriarca y creó un sínodo de diez clérigos, que también eran funcionarios, asumiendo Pedro la máxima autoridad religiosa.

Sin embargo, también era preciso recaudar nuevos impuestos para pagar un ejército más numeroso, construir una importante marina y emprender grandes obras públicas. Así, se crearon nuevas tasas, se elevó el número de contribuyentes y se estableció el monopolio estatal de la sal, la potasa, el tabaco y la resina.

Pese a todo, con esta colección de reformas el poder absoluto del zar se consolidó, y en 1721 fue proclamado Padre de la Patria y Emperador de todas las Rusias, el primer emperador de cuantos habrían de serlo en el país hasta 1917.